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Los rebeldes cubanos mantienen la marcha cívica del 15-N pese a la prohibición del Gobierno.

No hay marcha atrás. El colectivo Archipiélago, con el dramaturgo Yunior García Aguilera a la cabeza, mantiene el 15 de noviembre como fecha para las marchas cívicas por el cambio, pese a la prohibición del gobierno. «Nuestra decisión personal será marchar cívica y pacíficamente por nuestros derechos. La respuesta del régimen demuestra una vez más que no existe en Cuba el estado de derecho, que no están dispuestos a respetar ni siquiera su propia Constitución y que violan los derechos humanos de los cubanos», respondió el grupo a través de sus redes sociales.

El forcejeo entre la revolución y los jóvenes rebeldes se mantiene tres meses después del histórico estallido social del 11-J. El castrismo, temeroso de la repercusión alcanzada hasta ahora por la convocatoria, (que no sólo vuela en las redes sociales, ya que también es motivo de comentarios y apoyos en las calles), anunció el martes su prohibición taxativa para que se lleven a cabo las marchas. Su respuesta hizo énfasis en que el sistema socialista impuesto en la isla es «irrevocable», tal y como dicta el artículo 4 de la nueva Constitución.

«Los promotores y sus proyecciones públicas, así como los vínculos de algunos con organizaciones subversivas o agencias financiadas por el gobierno estadounidense, tienen la intención manifiesta de promover un cambio de sistema político en Cuba. La marcha anunciada (…) constituye una provocación como parte de la estrategia de cambio de régimen para Cuba, ensayada en otros países», reza la respuesta gubernamental, entregada a los patrocinadores de la protesta en distintos puntos del país. Una «provocación» de personas sin legitimidad, según el gobierno.

Previamente, el régimen castrista ya había decretado ejercicios militares para el 18 y 19 del mes que viene, además de la celebración del Día Nacional de la Defensa para el 20-N, primer día elegido por los promotores de tan atrevida iniciativa. Estos cuentan con el apoyo del Consejo de la Transición Democrática (CTDC), conformado por distintas organizaciones disidentes.

En una jugada de ajedrez político, los opositores adelantaron la fecha de la convocatoria a nivel nacional al 15-N, el mismo día que Cuba abre sus fronteras al turismo internacional tras disminuir el impacto de la pandemia en la isla.

En su comunicado, dirigido al propio Yunior García, la revolución hace hincapié en que la Constitución contó con el apoyo del 86,85% de los votantes y el consiguiente «derecho a combatir por todos los medios contra cualquiera que intente derribar el orden político, social y económico establecido». Cuba es un régimen de partido único, el Comunista, con elecciones teledirigidas en todas sus fases, incluido el voto final en las urnas.

En paralelo a su decisión, la revolución ha emprendido una campaña por tierra, mar, televisiones y redes sociales para desprestigiar a Yunior García, quien incluso sufrió un esperpéntico mitin de repudio al recoger en La Habana uno de los edictos del gobierno. «Yunior, en vez de paloma un cuervo», titulaba este miércoles uno de los medios oficialistas una semblanza sobre el dramaturgo, «hijo bastardo de una burguesía decadente y vulgar».

«Yo no le temo a la dictadura», respondió con templanza García, quien insistió a través de sus redes en que «nos vemos el día 15. Yo no les temo a los camiones de basura, a los camisas negras, a los palos que exigen en cada centro de trabajo».

«La patria está por encima de cualquier sistema político», añadió la hispanocubana Carolina Barrero, historiadora del Arte que desde hace meses sufre el asedio constante de la Seguridad del Estado en torno a su vivienda habanera.

Fuente: El Mundo.

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