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Polémica en Argentina por la amenaza del ministro de Seguridad al dibujante Nik.

Con ese control dialéctico de sí mismo, el ministro de Seguridad parecía otro pero la calma, pronto fue interrumpida por la tempestad en Twitter. Aníbal Fernández provocó una ácida polémica, con el dibujante Nik, al identificar, en la red del pajarito azul, el colegio hebreo al que asisten sus hijas. Interpretado como una velada amenaza, el escándalo ocupó primeras planas de periódicos, provocó la indignación de políticos, colegas del dibujante (con excepciones), foros de profesores y se coló en el debate de los candidatos a las elecciones legislativas del 14 de noviembre.

«Regalar heladeras (neveras), garrafas (bombonas), viajes de egresados, planes (subsidios), platita, lo que sea, lo que venga. Qué triste no escuchar nunca la palabra trabajo, esfuerzo, futuro, porvenir. Los va a volver a derrotar la dignidad del pueblo». Este tuit del creador de Gaturro, el cómic del gato más popular e internacional de Argentina, fue el detonante de una peligrosa respuesta de Aníbal Fernández.

El titular de la cartera de Seguridad se olvidó de algo parecido a la moderación, un rasgo que no le caracterizó en su media docena larga de cargos públicos que ejerció pero que parecía intentar absorber desde este último nombramiento. «Muchas escuelas y colegios de la CABA (Ciudad de Buenos Aires) reciben subsidios del Estado y está bien. Por ejemplo, la escuela/colegio ORT. ¿La conoces? Si que la conoces… O querés que te haga un dibujito? Excelente escuela. Lo garantizo. Repito… ¿La conoces?». Ese centro es al que asisten las dos hijas, menores de Cristian Dzwonik, nombre original del humorista gráfico que replicó con un par de viñetas, en la misma red social, «…explique de dónde obtiene los datos personales» de sus hijas.

Con las críticas al ministro arreciando, Nik reconociendo que tenía «miedo» y el colegio de sus hijas negando que recibiera subvenciones, Fernández hizo un peculiar pedido de perdón. «Si por cualquier cosa entendiste que esa expresión fue una amenaza, me disculpo. No se me caen los anillos». Prácticamente en simultáneo, realizó unas declaraciones en las que reprochaba al dibujante sus críticas al Gobierno. Pero el remedio fue peor que la enfermedad. Hasta el ex presidente Mauricio Macri intervino en Twitter donde calificó de «horrible» su tuit y su actitud de «biopsia que demuestra la completa alienación en la que se encuentra el gobierno». También el Alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, calificó de «barbaridad» que «un funcionario exponga a los hijos de una persona y saque sus datos a la luz como represalia porque recibió críticas de su parte». ADEPA (Asociación de Entidades Periodísticas de Argentina) condenó las «expresiones intimidatorias» de Fernández y la agrupación Profesores Republicanos, integrada por prestigiosos docentes e intelectuales, emitió un comunicado donde lamenta: «La ciudadanía ha oibservado consternada cómo, quien debe velar por la seguirdad de los ciudadanos, utiliza las estructuras ministeriales y hace absuso de ellas, ara infundir miedo y generar incertidumbre en lo que respecta a la integridad de aquellos que son blanco de sus amenazas».

Fuente: ABC.

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