Publicidad

Biden y Xi Jinping buscan reconducir sus diferencias este lunes en una cumbre virtual.

Joe Biden y Xi Jinping se reúnen este lunes por la noche (en la madrugada del martes en España) en el encuentro bilateral de mayor trascendencia a escala global este año y en un momento de crecientes tensiones entre las dos principales potencias mundiales. Será una cumbre virtual, con cada uno de los líderes desde su país, y la primera desde que el presidente de EE.UU. llegó a la Casa Blanca el pasado enero. Biden y Xi han hablado desde entonces dos veces por teléfono, pero la cumbre de este lunes permitirá una discusión más a fondo.

La relación China-EE.UU. está definida por el empuje económico y militar del gigante asiático, la necesidad de cooperación entre ambos países y la escalada de roces.

El antecesor de Biden, Donald Trump, hizo de China un tema central en las relaciones exteriores, con una mezcla de agresividad y apertura para la negociación, sobre todo en lo que consideraba el gran agravio para su país: la relación comercial, muy ventajosa para Pekín.

Biden, como en muchos otros asuntos en política exterior, no se ha movido mucho de las posiciones de Trump. De hecho, incluso ha endurecido el tono frente a su rival y lo ha convertido en su asunto prioritario.

Ambos países han intercambiado acusaciones, sanciones, aranceles y agresividad dialéctica en los últimos años y el objetivo de esta cumbre es tranquilizar las aguas y no agitar los muchos enfrentamientos que siguen vivos.

La Administración Biden ha acusado a China de forma repetida de perpetrar o apoyar ciberataques contra sus intereses, ha denunciado e impuesto sanciones por las violaciones de Derechos Humanos del régimen comunista en Xinjiang, Hong Kong y Tíbet y ha advertido a Pekín sobre su expansión militar y sus ambiciones territoriales en el Pacífico.

Washington y Pekín saben que necesitan cooperar. EE.UU. es un mercado prioritario para China, y la agenda climática de Biden no va a ningún lugar sin la participación de la otra gran potencia industrial
Un asunto de especial sensibilidad es Taiwán. Washington ha denunciado los recientes ejercicios militares marítimos cerca de la costa de la isla, que China considera parte de su soberanía, algo que EE.UU. admite de forma tácita. Pekín considera que EE.UU. merodea un apoyo a la independencia completa de Taiwán con declaraciones -Biden ha dicho varias veces en los últimos meses que el ejército de EE.UU. defenderá a la isla en caso de invasión china- y gestos políticos, como la reciente visita de legisladores estadounidenses a la isla.

En una llamada este sábado entre el secretario de Estado, Antony Blinken, y su homólogo chino, Wang Yi, este último advirtió de que cualquier desvío de EE.UU. frente a la política de ‘Una China’ –el reconocimiento de la soberanía china sobre Taiwán, establecido en 1972– tendrá el efecto de un ‘bumerán’. Blinken, por su parte, recriminó la «presión militar, diplomática y económica continuada contra Taiwán» y le exigió «diálogo constructivo» para resolver la situación.

Armas nucleares
Pero la preocupación de EE.UU. va más allá de Taiwán. La ambición militar de China es cada vez más evidente –acaba de hacer pruebas de una nueva arma nuclear de velocidad hipersónica y construye unos 250 almacenes para misiles de largo alcance– y conlleva más agresividad en la región Indo-Pacífico. La Administración Biden se ha involucrado más en este escenario, con, por ejemplo, la creación de la alianza Aukus –junto con Australia y Reino Unido– con el objetivo indisimulado de contener las aspiraciones territoriales de China.

Frente a todos estos roces, sin embargo, EE.UU. y China saben que necesitan cooperar. EE.UU. es un mercado prioritario para China, y la agenda climática de Biden no va a ningún lugar sin la participación de la otra gran potencia industrial. En un ejemplo de ello, ambos países llegaron a un acuerdo sobre reforzar sus compromisos en cambio climático la semana pasada. Pekín también quiere compromisos de Biden de que EE.UU. no boicoteará los Juegos Olímpicos de Invierno del año que viene en Pekín, ante las crecientes voces en Washington –el mes pasado lo pidieron senadores de los dos partidos– para impulsarlo.

Fuente: ABC.

Publicidad
WhatsApp Image 2021-05-19 at 21.20.55 (1)
Banner-1-Confettis-768x128
previous arrow
next arrow