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Fernández llama al diálogo a la oposición, tras perder control del Congreso.

Las elecciones generales para el Congreso de este domingo en Argentina confirmaron los resultados de las primarias de septiembre y los peores pronósticos se harán realidad para el Frente de Todos (partido del presidente Alberto Fernández).

A partir del próximo 10 de diciembre, su vicepresidenta, Cristina Kirchner, perderá la cómoda mayoría que tiene en el Senado y ya no dispondrá del quórum propio que le permitió manejar con mano de hierro los tiempos de la Cámara alta en los últimos dos años.

En un escenario impensado hace tres meses, el peronismo perderá seis bancas y su bloque caerá a 35 senadores, dos por debajo de los 37 legisladores necesarios para el quórum reglamentario. En otras palabras, a partir del mes próximo el Frente de Todos tendrá que sentarse a negociar con la oposición cada proyecto que quiera aprobar.

Una hora después de que se anunciaran los primeros resultados, el presidente Fernández envió un mensaje grabado y habló de “la segunda parte de su Gobierno” con optimismo en cuanto a los parámetros económicos. En esa alocución, comunicó que “a la brevedad” llamará a los representantes de las demás fuerzas políticas para aunar una agenda común.

“Si queremos resolver estos desafíos a los que nos enfrentamos, necesitamos que las grandes mayorías generen consensos”, aseguró. Desde el Frente de Todos ya habían anticipado que convocarían a la oposición a generar criterios comunes.

Luego de felicitar a los argentinos por la participación electoral, Fernández volvió a hablar de dos crisis: la económica “heredada” y la sanitaria como consecuencia del Covid. “Hoy empieza la segunda parte de nuestro gobierno y sé bien que los argentinos necesitamos un horizonte”, manifestó.

No es la primera vez que el kirchnerismo pierde el quórum en el Senado. En 2009, con Cristina Kirchner como jefa del Estado, también había caído a 35 senadores y perdió el control de las comisiones gracias a que el peronista pampeano Carlos Verna se sumó a conformar un conglomerado opositor que reunió 37 voluntades. Esa mayoría fue efímera, en abril del año siguiente ya se había disuelto. No obstante, en el interín y gracias al cambio de mayorías que también se registró en la Cámara baja, logró sancionar la ley que garantizaba el 82% móvil para las jubilaciones. Cristina Kirchner no dudó en pagar el costo político de vetar aquella norma.

A pesar de la dura derrota, el Frente de Todos seguirá manteniendo su condición de primera minoría de la Cámara alta. A esto se aferrará el bloque que conduce José Mayans (Formosa) para dar la pelea por el control de las comisiones. Tratar de quedarse con la mayor cantidad de presidencias y de miembros en cada uno de los cuerpos donde se desarrolla gran parte del trabajo legislativo es el principal objetivo para el oficialismo en estos momentos de retroceso legislativo.

Fuente: El Tiempo.

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