Publicidad

El deportista mexicano Daniel Almanza, varado por la variante ómicron: “Estuvimos 24 horas sin dormir tratando de salir de aquí”.

El deportista mexicano Daniel Almanza llegó a Mozambique la semana pasada para competir en una agotadora ultramaratón de 220 kilómetros. Pero la carrera más larga ha sido en el camino para volver a casa. Almanza se encuentra varado desde el fin de semana tras la irrupción de ómicron, una nueva variante del coronavirus identificada en el sur de África y que ha desatado una nueva serie de restricciones de viaje en varias partes del mundo. “Son momentos de incertidumbre, no sabemos qué va a pasar”, cuenta en entrevista telefónica desde un hotel en Maputo, la capital del país. “Estuvimos 24 o 25 horas sin dormir tratando de salir de aquí”, agrega. Almanza ha estado en comunicación con varias autoridades en México y pide el apoyo de la Secretaría de Relaciones Exteriores, aunque hasta ahora dice que no ha sido buscado por la Cancillería. “Buscamos que nos volteen a ver, que nos ayuden”, señala.

Almanza llegó a Mozambique con el plan de convertirse en el primer ultramaratonista mexicano que compite en los cinco continentes. El pasado 21 de noviembre arrancó la Ultra Africa Race, una competición de cinco días por el sur del país. Desde que acabó la carrera el pasado jueves apareció el nerviosismo entre los corredores, que buscaban tomar un avión cuanto antes. La primera comunicación de Sudáfrica a la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre ómicron (B.1.1.529) vino el miércoles 24. La nueva versión del virus tiene hasta 30 mutaciones “de preocupación”, que apuntan a que sea más transmisible y pueda eludir con mayor facilidad las defensas del sistema inmune, según las evidencias preliminares aunque todavía no hay resultados concluyentes. México aún no registra casos de covid-19 con la nueva variante.

“No está claro si la infección con ómicron causa enfermedades más severas comparadas con infecciones con otras variantes, incluyendo delta”, señala la OMS en un mensaje publicado el domingo. “Información preliminar sugiere un aumento en las tasas de hospitalización de Sudáfrica, pero esto se puede deber a incrementos generales de la gente que se ha infectado, más que como resultado específico de ómicron”, agrega. Con todo, decenas de países en el mundo han anunciado nuevas restricciones de viaje. Esos días inciertos se han traducido en cambios de última hora en los itinerarios y en cancelaciones, cuenta Almanza. “A nuestra llegada a la capital nos enteramos de todo lo que estaba pasando, de la nueva cepa”, comenta.

“Ahí empezó el caos, recibimos correos, hicimos llamadas, contactamos a las agencias de viajes, hicimos las gestiones con las aplicaciones”, recuerda mientras enumera una larga lista de trámites fallidos. La ruta original que había reservado lo llevaba por Maputo, Johannesburgo (Sudáfrica), Dubái, Washington, y Dallas, para finalmente tomar un vuelo a Monterrey, en el norte de México. “Ese regreso ya no existe”, lamenta el ultramaratonista.

Almanza comenta que le tocó vivir el estallido de la pandemia el año pasado en Vietnam, también en competencia, pero dice que, incluso en los primeros meses, el nivel de angustia colectiva era menor y que volver fue más fácil. “Nunca me había pasado esto”, asegura. En medio del cierre de fronteras, el abanico de opciones tanteadas dan cuenta de su desesperación: “Buscamos vuelos a Fráncfort, a Moscú, a Estambul, a Tanzania, a Kenia, a Brasil”. Intentó llegar también a Johannesburgo, pero su vuelo de este lunes se canceló. “Tal vez fue mejor, parece que la situación está aún peor allá”, dice resignado.

Su última vía de escape lo llevará por tres continentes, si todo sale bien, el próximo miércoles: de Maputo a Etiopía, de ahí a Doha y finalmente a Houston, donde tomará un avión a Monterrey. El tema económico también se ha convertido en factor, pagará 50.000 pesos (unos 2.300 dólares). “Es una locura”, afirma. “La mayoría son de Estados Unidos y Europa y ellos ya han podido regresar, yo soy el único competidor de Latinoamérica”, agrega.

El ultramaratonista cuenta que ya se realizó una prueba PCR para corroborar que no se haya contagiado y que se encuentra en el hotel Pestana Rovuma, en el centro de la capital. “No hemos salido mucho de aquí, voy prácticamente del cuarto a la recepción y de regreso”, dice.

Estar ahí en un momento en el que el mundo ha cerrado la puerta al sur de África le ha permitido ser testigo de cómo se vive la irrupción de ómicron. “La verdad es que hay miedo, hay poca gente en la calle”, comenta aunque matiza que, como en todas partes, hay también gente que duda, que se resiste a ponerse el cubrebocas. “Hay un poco de escepticismo en algunos sectores de Mozambique, pero también entiendo que cada vez hay más gente en los hospitales”, agrega. España, por ejemplo, ha anunciado este lunes que se enviará un avión para repatriar a turistas y empresarios que se han quedado varados en el país africano.

Almanza dice que sus opciones se reducen a tres posibilidades: lograr tomar el vuelo que reservó para el miércoles, pedir a las autoridades mexicanas que lo ayuden a colocarlo en otro vuelo comercial o iniciar un proceso de repatriación de emergencia, como una medida de protección consular. El deportista ha contactado a la Secretaría de Turismo, a la Embajada de México en Johannesburgo, a funcionarios del Gobierno de Nuevo León y al alcalde de San Nicolás de los Garza. “Desgraciadamente, los apoyos no se han podido reflejar”, lamenta. Tras pasar 10 días en Mozambique, el ultramaratonista se alista para una extenuante carrera de casi 20.000 kilómetros hasta tierras mexicanas.

Fuente: El País.

Publicidad
WhatsApp Image 2021-05-19 at 21.20.55 (1)
Banner-1-Confettis-768x128
previous arrow
next arrow