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Cuba cierra el año del recrudecimiento de la crisis económica y las protestas civiles.

Definitivamente, el suceso más trascendental acaecido en Cuba, no solo en 2021 sino en más de dos décadas, fue el estallido social del 11 de julio (11-J). A gritos de «libertad», «Patria y Vida», «abajo la dictadura» y «Díaz-Canel singao», miles de cubanos, en más de sesenta localidades del país, se lanzaron a las calles a protestar en contra del Gobierno. Tanto el estallido social, como el llamado enfrentamiento entre cubanos realizado por el presidente Miguel Díaz-Canel y la cacería iniciada por los órganos represivos contra manifestantes –en su mayoría pacíficos–, expusieron aún más al régimen dictatorial, capaz de matar, encarcelar e infundir terror para preservar el poder. Aunque la llamada ‘Revolución cubana’ fue sanguinaria desde su surgimiento, el 11-J desmontó el romántico mito que aún existía sobre ella.

Al menos un muerto a manos de un policía, miles de detenidos, golpeados y enjuiciados resultaron del 11-J.

Según Prisoners Defenders existen actualmente en Cuba más de 700 presos políticos, la mayoría de ellos tras la ola represiva del 11-J. Por su parte, el grupo de trabajo Justicia 11-J, tras las masivas protestas reportó la ejecución de 46 procesos judiciales sumarios y de juicios ordinarios a unas 204 personas, la mayoría de ellos desarrollados en las últimas semanas de diciembre. Entre los detenidos hubo al menos treinta menores de edad. Las peticiones fiscales oscilan entre 1 y 30 años de privación de libertad.

Para Juan Pappier, investigador senior de la División de América de Human Right Watch (HRW), debido a esta «aterradora represión del régimen cubano», 2021 «probablemente sea al año con más presos políticos en el país en lo que va de siglo».

Sociedad civil
El 11-J fue la máxima expresión del descontecto ciudadano, acumulado durante décadas y recrudecido por la crisis económica, sanitaria y política. Desde mediados de 2020, la oposición cubana y la prensa independiente fueron víctimas de la represión. Estos factores, que hallaron mayor eco gracias a las redes sociales, provocó la movilización de la sociedad civil, que tuvo su punto álgido el 27 de noviembre de 2020, cuando unas quinientas personas, la mayoría artistas, se plantaron frente al Ministerio de Cultura de Cuba para protestar contra la represión y para exigir el respeto a los derechos humanos.

El relevo de Raúl Castro
Hacia el mes de abril, durante el VIII Congreso del PCC, Raúl Castro entregó el cargo de primer secretario a Díaz-Canel y este, a su vez, eliminó toda posibilidad de aperturas políticas o económicas, alertando además sobre la mano dura que tendría lugar contra la oposición. Menos de 10 días después, alrededor de una docena de manifestantes pacíficos fueron encarcelados y todavía enfrentan un proceso judicial.

En agosto de 2021, un grupo de cubanos fundan el grupo Archipiélago. La primera y gran acción propuesta por esta plataforma fue la Marcha Cívica por el Cambio, convocada para el 15 de noviembre (15-N), con el propósito de protestar pacíficamente contra la violencia policial, exigir la liberación de los presos políticos, así como abogar por la solución pacífica y democrática de las diferencias entre los cubanos. El resultado fue el recrudecimiento de la represión, así como la partida hacia España de Yunior García Aguilera, uno de los principales líderes del grupo.

Recesión económica
El 2021 inició con la llamada Tarea Ordenamiento, cuya característica fundamental fue la desaparición de una de las dos monedas cubanas, el CUC. El paquetazo económico agravó la crisis y la inflación, situada en un 69,5% en noviembre en tasa interanual y que, según las estimaciones, continuará aumentando hasta más allá del 70%, una de las tasas inflacionarias más elevadas de América Latina.

Para fines de año, ni las vacunas contra la Covid-19, ni el turismo, ni la exportación de servicios médicos (estos dos últimos entre las principales fuentes de ingreso del país) han rendido los recursos suficientes.

Pese a que el viceprimer ministro y ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, anunció que la economía cubana proyecta recuperarse gradualmente en 2022 y alcanzar un crecimiento del PIB del 4%, para el economista cubano Elías Amor, se trata de una «cifra sorprendente y que peca de exceso de optimismo». «La economía cubana acumulará dos años y medio largos de recesión, la más duradera de todos los países de América Latina y el Caribe, desde que empezó a caer el PIB trimestral en el segundo semestre de 2019, como consecuencia de la reducción inesperada de los suministros de petróleo venezolano y la llegada de menos turistas», asegura el economista. «Luego se suman los estragos de la pandemia, en 2020, y la Tarea Ordenamiento en 2021. El cúmulo de fatalidades y despropósitos han provocado que la economía cubana se encuentre en un círculo vicioso del que las autoridades no saben cómo salir, en tanto que han acabado creando nuevos y graves problemas que afectan el crecimiento».

Uno de los más nefastos en materia de derechos humanos
Para Yaxis Cires, director de estrategia del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), el 2021 ha sido «uno de los años más nefastos en materia de derechos humanos para Cuba, solamente superado por la etapa de los fusilamientos masivos al inicio de la Revolución», y durante el cual se extendió el alcance de la acción represiva «más allá de la oposición democrática y de los activistas de la sociedad civil, llegando con saña al ciudadano común». El rechazo internacional a esta grave situación se evidenció en la aprobación de tres resoluciones en menos de seis meses por parte del Parlamento Europeo; en ellas se instó al régimen a poner fin a la represión y a liberar a los presos políticos; así como a revisar los acuerdos entre la UE y Cuba como parte del Acuerdo de Cooperación y Diálogo debido al incuplimiento de la cláusula sobre derechos humanos.

Fuente: ABC.

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