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Nadal progresa adecuadamente contra un digno Hanfmann.

De nuevo en el día australiano, con la pelota más viva, a 27ºC, y de nuevo con un adversario accesible, en este caso venido de la fase previa, Rafael Nadal prosiguió su plácido camino en las rondas iniciales del Abierto de Australia. Más exigido que en el debut, el español ganó en confianza y prestaciones para imponerse a Yannick Hanfmann por 6-2, 6-3 y 6-4, en dos horas y 42 minutos. Este viernes buscará ante Karen Khachanov, que se deshizo casi sin pestañear de Benjamin Bonzi, su presencia en octavos de final.

A sus 30 años, sin noticias relevantes en una carrera desarrollada en los suburbios del circuito, Hanfmann, 126º,salió a la Rod Laver suelto y con determinación, buscando llevar la iniciativa, sobre todo en sus turnos de servicio. Su revés generó algunos problemas iniciales a Nadal, que en el quinto juego ya debió hacer frente a una pelota de rotura. La solventó el español con un punto de saque, señalando jerarquía. Si el zurdo venía con rodaje cercano tras su reaparición, con la victoria en el ATP 250 de Melbourne, no le faltaba recorrido a su adversario, con tres encuentros en la fase calificación y la victoria en primera ronda ante el local Thanasi Kokkinakis, reciente campeón en Adelaida.

Fue Nadal el primero en darle un mordisco al marcador, con el break en el sexto juego, consecuencia de su mejor lectura de un rival al que ya había derrotado hace dos años en tres sets en Roland Garros. Hanfmann no se cobró las dos posibilidades de quebrar y vio crecer al campeón de 2009, que supo defenderse y contraatacar, afilando la raqueta hasta llevarse el primer parcial.

MÁS EXIGIDO
Aunque el resultado fue nítido para Nadal, las obligaciones fueron otras. Hanfmann propuso más que Marcos Giron, el adversario del sexto favorito en el debut. Formado en una universidad californiana, sólo séptimo jugador alemán en el ránking, el de Karlsruhe tiene en las semifinales de Bastad del pasado año su mejor noticia en el circuito. Se sostuvo en el inicio del segundo set, cuando arreciaban las acometidas del español. Tuvo Nadal pelotas de break en cada juego hasta resolver en el octavo y completar el trabajo a continuación para obtener una ventaja de dos sets que ya se presumía definitiva. Si algún pero se le puede poner al manacorense es el discreto porcentaje de acierto en bolas de rotura: cuatro de 16.

Hasta ahí resistió Hanfmann, sacudido pronto en el tercer set, aunque aguantó hasta la quinta bola de partido. Tras cinco meses en el arcén, superado el Covid y como único campeón presente en el cuadro, Nadal, que busca su vigesimoprimer grande, está donde quería y como quería, entero físicamente, sin asomo de preocupación por la dolencia en el pie que le ha mantenido fuera de las pistas y dispuesto a reivindicar su nombre ante el empuje de quienes atisban en el torneo una oportunidad de seguir discutiendo el dominio del fracturado Big Three.

«Le conocía del partido de Roland Garros y sabía que era peligroso. Tiene buenos golpes y un gran servicio. Jugó un tenis por encima de su ránking», comentó Nadal sobre su rival. «Después de la lesión, he tratado de perder algo de peso. Los partidos ayudan. Los necesitaba», agregó al ser preguntado sobre su buen estado físico. «Por momentos jugué bien, en otros debí hacer las cosas mejor».

Carlos Alcaraz también estará en tercera ronda. Poco después de la victoria de Nadal, culminó su triunfo ante Dusan Lajovic por 6-1 6-2 y 7-5.

Fuente: El Mundo.

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