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Blinken y Macron matizan a Biden: Putin no es un «carnicero» ni se busca su caída.

El Gobierno de Estados Unidos quedó el domingo inmerso en una frenética estrategia para aclarar que, a pesar de lo que dijo el presidente Joe Biden en su discurso del sábado en defensa de la democracia y Ucrania, pronunciado en Polonia, la Casa Blanca no busca activamente la caída de Vladímir Putin. Funcionarios de la presidencia y de la diplomacia norteamericanas comparecieron este domingo para reafirmar que EE.UU. solo busca que Rusia renuncie a la invasión de Ucrania, y que son los rusos quienes deben decidir el futuro de su Gobierno. Entre ellos destaca el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, quien dijo en una visita a Jerusalén que EE.UU. «no tiene en pie una estrategia para el cambio de régimen en Rusia ni en ningún otro lugar».

«Creo que el presidente y la Casa Blanca señalaron anoche [por el sábado] que, simplemente, el presidente Putin no puede tener el poder de hacer la guerra o participar en una agresión contra Ucrania», añadió el jefe diplomático.

«Creo que el presidente y la Casa Blanca señalaron anoche [por el sábado] que, simplemente, el presidente Putin no puede tener el poder de hacer la guerra o participar en una agresión contra Ucrania», dijo Blinken
El revuelo lo causó una frase que el presidente de EE.UU. añadió por su propia cuenta al discurso que llevaba escrito y que obligó inmediatamente a sus subalternos a matizar su significado. Al término de la que probablemente sea la alocución más importante de su presidencia, una defensa de la democracia equiparable a las de John Kennedy o Ronald Reagan en Berlín, Biden dijo, en referencia a Vladímir Putin: «Por el amor de Dios, este hombre no puede permanecer en el poder».

Antes, durante una visita a refugiados ucranianos en Polonia, Biden había llamado a Putin «carnicero». Antes ya le había calificado de «asesino», «dictador» y «matón». El 17 de marzo, antes que fuera postura oficial del Gobierno norteamericano, el presidente Biden ya dijo que Putin había cometido «crímenes de guerra» en Ucrania, en respuesta a la pregunta de un periodista. Primero, su Gobierno matizó que no era postura oficial de EE.UU., pero el 23 de marzo, la diplomacia norteamericana dijo formalmente que, en efecto, tiene pruebas de que Rusia ha cometido crímenes de guerra en Ucrania.

Hecho insólito
Que el presidente de EE.UU. pida abiertamente el cambio de un presidente de otro país es insólito, y no ocurrió ni siquiera con respecto a la Unión Soviética en los años de la Guerra Fría. Se ha hecho en casos de dictaduras que suman graves delitos de lesa humanidad y represión masiva, como la de Venezuela. Al portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, las palabras de Biden le dieron la excusa perfecta para acusar a Washington de injerencia.

Esto, a pesar de que la Justicia norteamericana halló por medio de un detallado informe elaborado por el fiscal especial Robert Mueller que Putin tuvo en pie dos campañas en 2016 para interferir en las elecciones presidenciales de aquel mismo año y facilitar la victoria de Donald Trump, perjudicando a Hillary Clinton con noticias falsas, desinformación y ‘hackeo’ de los servidores de su campaña y del Partido Demócrata. La enemistad de Putin con Clinton venía de cuando esta, como secretaria de Estado de Barack Obama, apoyó en 2011 las manifestaciones callejeras en contra del mandatario ruso, reprimidas por el Kremlin.

Por otra parte, el presidente francés, Emmanuel Macron no calificaría a Vladímir Putin de «carnicero» ni «dictador», ya que, a su modo de ver, «yo intento proteger mi país de una escalada de guerra, e insultando o calificando creo que no sería muy eficaz». Macron se enfrenta al problema de los «calificativos» de Putin desde el principio de la invasión rusa de Ucrania, pero ha preferido mantener abierta una línea de comunicación telefónica permanente, a doble título informativo y diplomático.

Macron: evitar la escalada
Tras la declaración del presidente Biden en Polonia, Macron volvió a matizar su propia posición de principio de este modo: «Nosotros deseamos parar la guerra que Rusia ha lanzado contra Ucrania, sin hacer la guerra. Si deseamos conseguir ese objetivo debemos evitar la escalada, con palabras o con acciones». En una entrevista electoral concedida a France 3 (tercer canal público de televisión) la mañana del domingo, Macron añadió: «Nosotros, franceses, europeos, no debemos ceder a ningún tipo de escalada. En tanto que europeos, no debemos olvidar nuestra geografía y nuestra historia. Nosotros no estamos en guerra contra el pueblo ruso».

«Nosotros deseamos parar la guerra que Rusia ha lanzado contra Ucrania, sin hacer la guerra. Si deseamos conseguir ese objetivo debemos evitar la escalada, con palabras o con acciones»
Macron defiende esa postura desde el principio de la invasión rusa, intentando dialogar telefónicamente con Putin de manera sistemática, con un resultado aparentemente modesto o nulo. Varias de esas conversaciones convencieron a Macron del previsible riesgo de agravación del conflicto militar. «Lo peor está por venir», llegó a declarar, días pasados. Sin embargo, ante esa evidencia, prefiere defender una posición verbal y diplomática muy «equilibrada».

Fuente: ABC.

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