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Putin afirma que la ofensiva rusa en Ucrania continúa «con calma» para minimizar bajas.

En su primera intervención pública desde que lanzó sus tropas contra Ucrania el pasado 24 de febrero, el presidente Vladímir Putin declaro ayer su convicción de que se lograrán los «nobles» objetivos de «ayudar» a los separatistas de Donbass por medio de la ‘operación militar especial’ en Ucrania, eufemismo con el que en Moscú se refieren a la guerra en el país vecino.

Putin hizo estas declaraciones en el cosmódromo ruso Vostochni, en la región del Amur, en el Extremo Oriente ruso, en compañía de su homólogo bielorruso, Alexánder Lukashenko, y del director de Roskosmos, Dmitri Rogozin, con el que celebraron juntos el Día de la Cosmonáutica. Durante la visita a uno de los talleres del centro y en una clara escenificación preparada de antemano, un trabajador le preguntó si «¿se cumplirán las metas y objetivos de la operación?» en Ucrania con la toma total de Donbass, a lo que el jefe del Kremlin respondió: «Así será.

No hay duda. Los objetivos son absolutamente comprensibles y nobles».

Recordó que él mismo, en su discurso anunciando el inicio de la invasión subrayó que su finalidad consiste en «ayudar a la gente en el Donbass». Según sus palabras, «sabemos que hoy nuestros oficiales están participando en una operación militar especial en Donbass, en Ucrania, brindando asistencia a esas repúblicas populares. Y actúan con valentía, de manera competente, eficaz y con resultados, utilizando los tipos de armas más modernas».

Putin prosiguió diciendo que «lo que estamos haciendo es ayudar a la gente, salvar a la gente, por un lado, y por otro lado, simplemente estamos tomando medidas para garantizar la seguridad de la propia Rusia. Obviamente, no teníamos otra opción, hemos tomado la decisión correcta (…) era algo inevitable, ya que Ucrania comenzó a convertirse en un bastión antirruso. Reaparecieron los brotes del nacionalismo y el neonazismo que estaban allí desde hace mucho tiempo».

Se refirió también a las sanciones adoptadas por Occidente contra Rusia precisamente por esa decisión de emplear la fuerza de forma tan devastadora contra Ucrania. «No nos van a aislar, y en general, es imposible aislar a nadie en el mundo moderno y menos a un país tan grande como Rusia», manifestó ante los empleados de la base espacial. «Por lo tanto, trabajaremos solamente con los socios que quieren interactuar con nosotros», añadió.

Buka, una ‘fake’
Poco después, los presidentes ruso y bielorruso ofrecieron una rueda de prensa y el primero comentó por vez primera la masacre en la localidad de Bucha, en el extrarradio de Kiev. «Se trata de información falsa, es una falsificación similar a la de las armas de destrucción masiva en Irak, cuya supuesta presencia se convirtió en el motivo de la invasión estadounidense». Refiriéndose a unos documentos que le entregó Lukashenko. Putin dijo que en Bucha «se crearon las condiciones para organizar esa provocación». A su lado, Lukashenko aseguró sin aportar ni un solo detalle que «lo sucedido en Bucha fue una operación psicológica llevada a cabo por los británicos».

Ante las distintas informaciones que apuntan a que el Kremlin necesita darse prisa para hacerse con el control total de Donbass y así poder presentar algún tipo de logro ante la celebración del Día de la Victoria sobre la Alemania nazi, el próximo 9 de mayo, Putin afirmó que en adelante todo se hará «con calma». «Nuestro cometido pasa por cumplir los objetivos fijados minimizando las pérdidas, vamos a actuar de forma armoniosa, con calma, conforme al plan propuesto desde el principio por el Estado Mayor» del Ejército ruso, subrayó Putin.

Negó que las fuerzas rusas se hayan topado con dificultades ante la resistencia ucraniana y, por eso, tuvieran que renunciar a asaltar Kiev y otras ciudades del país para concentrar los esfuerzos en Donbass. El máximo dirigente ruso insistió en que las operaciones en otras partes de Ucrania «tenían como finalidad apartar a las fuerzas ucranianas de Donbass, golpearlas y destruir su infraestructura militar».

«Oigo a menudo la pregunta, ¿se puede ir más rápido? Sí, es posible, pero ello implica intensificar las operaciones militares, lo que lamentablemente habría tenido un efecto en el número de bajas», subrayó sin decir una palabra sobre las pérdidas que está sufriendo el Ejército ruso y que sí admitió la semana pasada, aunque sin concretar cifras, su portavoz, Dmitri Peskov.

En relación con las infructuosas conversaciones para tratar de lograr el cese de las hostilidades, Putin acusó a Kiev de «falta de coherencia», de «estar cambiando» todo el tiempo su postura negociadora, pero no habló de la inflexibilidad de Moscú en la cuestión territorial, en su negativa a entrar a discutir el estatus de Donetsk y Lugansk y menos aún el de Crimea.

Putin y Lukashenko aprovecharon ayer para mantener un nuevo encuentro. Según la agencia Interfax, el mandatario ruso informó que «acordamos la creación de un espacio de defensa común y las garantías para la seguridad de nuestros estados. Analizamos las medidas para proteger las fronteras occidentales, así como la cooperación técnico-militar y establecimos los planes de maniobras militares conjuntas». La actual presencia de tropas rusas en suelo bielorruso, que, según Kiev, prestan apoyo a Rusia en su guerra contra Ucrania, se siguen considerando «ejercicios tácticos».

Fuente: ABC.

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