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Cuando crees en el rock, haces la música correcta, asegura Rudolf Schenker.

Mantenerse durante más de cincuenta años haciendo música, ha sido para los Scorpions una labor colmada de experiencias. La longevidad ha permitido a la agrupación alemana estar presente y formar parte de algunos de los acontecimientos más determinantes de la historia reciente. Su fundador, el guitarrista Rudolf Schenker, de 74 años, conserva no sólo una gran pasión por su trabajo, mismo que inició en el ya lejano 1965; sino que además mantiene en su memoria una gran cantidad de momentos derivados de la buena aceptación de la banda en gran parte del mundo.

Recuerdo muchas muchas cosas, y también conozco numerosos lugares donde disfrutamos bastante porque eran inusuales. Como muchos festivales, como Rock in Rio; como el haber ido con el señor Gorbachov al Kremlin, a este lugar especial en el que nadie creía que podía pasar, cuenta Rudolf en entrevista, recordando la época en que se convirtieron en la primera banda occidental en presentarse en territorio soviético.

Y por supuesto cuando Alemania fue reunificada, eso fue increíble. Y nosotros fuimos parte de eso; fuimos el puente, lo que significó unir a Europa, el resto del mundo y a Rusia, retoma el guitarrista. Estuvimos ahí, en Leningrado en 1988. Un año después, en el Music Peace Festival, increíble. En el estadio Lenin, debajo de la antorcha olímpica ardiendo ahí, y las miles de personas en el estadio se estaban volviendo locas, eso fue algo bueno, describe.

El guitarrista también está orgulloso de lo que Scorpions ha conseguido representar: una banda alemana ha hecho el sonido de la revolución más pacífica en la Tierra, destaca riendo. Para el artista, su manera de observar la música y el rock, al que han consagrado su carrera, proviene en gran medida de sus orígenes.

“Creemos en esta música y en que es un gran lenguaje para hablar con la gente detrás de ‘la cortina de hierro’. Y nosotros crecimos cerca de ahí, Klaus y yo, y Matthias; era un lugar peligroso. A veces pensábamos que tal vez seríamos borrados por la guerra, pero eso era parte del lugar en el que crecimos”, relata Rudolf. Así que al final, todo se conecta. Digo, cómo mejor se puede usar la música que clamando que amamos al mundo, sostiene.

Sentimientos profundos

A pesar de la enorme experiencia y aceptación con que cuentan los músicos, Rudolf no concibe a Scorpions como una leyenda. No pensamos así, porque lo que tocamos se queda en el escenario, y esa es la misma sensación que tuvimos cuando nos presentamos en 2002 en Europa y en Estados Unidos, aclara el guitarrista. Es la gente quien ve que disfrutamos tocar enfrente de ellos y darles un buen momento, transformándolo en un sentimiento más profundo, y eso lo que sentimos cuando subimos al escenario, y es por eso que seguimos tocando y que seguimos disfrutándolo, detalla.

Más que pensarse a sí mismos como grandes músicos, en lo que piensan los Scorpions al subir a un escenario es otra cosa. “Nosotros nos estamos volviendo parte de la audiencia y el público no sabe que estamos y sentimos con ellos. Por eso es que llamamos a este disco Rock Believer, porque cuando crees en el rock, esa música que es como el blues en los veinte o treinta, es la que te lleva a un mundo distinto”, afirma.

https://www.jornada.com.mx/2022/11/18/espectaculos/a06n1esp

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