Zvecan. Más de 30 miembros de la Misión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte en Kosovo (KFOR, por sus siglas en inglés) y medio centenar de manifestantes serbokosovares resultaron heridos en enfrentamientos ocurridos ayer en la región del norte de Kosovo, de mayoría serbia, donde debían tomar posesión los cuatro alcaldes albanokosovares.
El ministerio húngaro de Defensa reportó más de 20 militares húngaros heridos, y el canciller italiano, Antonio Tajani, aseguró que había 11 soldados italianos heridos.
La KFOR condenó los ataques no provocados
contra sus unidades y pidió a todas las partes que eviten acciones que puedan incrementar aún más la tensión
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Los incidentes ocurrieron en Zvecan, uno de los cuatro municipios del norte de Kosovo de mayoría serbia. Los efectivos de la KFOR emplearon gas lacrimógeno y bombas de aturdimiento contra los manifestantes, que lanzaron piedras, botellas e incluso cocteles molotov. Hay una docena de coches incendiados, incluido un vehículo policial.
Fuentes serbias indicaron que 52 personas fueron atendidas en el Hospital Clínico de Kosovska Mitrovica.
El premier kosovar, Albin Kurti, condenó las acciones violentas y criminales de los extremistas dirigidos por las autoridades de Belgrado
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En esa línea, el embajador estadunidense en Kosovo, Jeff Hovenier, repudió las acciones violentas de los manifestantes
en Zvecan.
El canciller ruso, Serguei Lavrov, calificó de la alarmante
la situación en Kosovo y no descartó que pudiera ocurrir una gran explosión en el centro de Europa
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Desde Belgrado, el presidente serbio, Alexander Vucic, declaró: llevamos meses diciendo que Albin Kurti tiene un solo deseo: llevar el derramamiento de sangre a la región entera
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Los últimos incidentes derivan de las elecciones locales del 23 de abril, en las que la comunidad serbia, mayoría en la parte norte de Kosovo, hizo un llamado a la abstención. La participación fue de 3.4 por ciento en los cuatro municipios de mayoría serbia. La toma de posesión de las nuevas autoridades provocó enfrentamientos que volvieron a poner en guardia a Pristina y Belgrado.
Fuente: La Jornada