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El Tri Sub-23 está a un paso de la presea dorada en los Juegos Centroamericanos

La selección mexicana Sub-23 llevaba una carga que la excedía. Alrededor de sus jugadores se construyó la idea de que su obligación era ganar los Juegos Centroamericanos y del Caribe, tras el fracaso de otros combinados en catego-rías menores. Aunque fueron tiempos distintos, todo entraba en la misma angustia de no alcanzar siquiera las instancias finales. En ese ambiente autodestructivo, el técnico Gerardo Espinoza encontró un alivio, aunque fuese transitorio, consiguiendo una victoria en semifinales frente a Honduras (3-0) que le garantiza pelear por la medalla de oro.

En menos de 10 días de competencia en San Salvador, Espinoza convenció a su equipo de que se puede viajar más liviano. Hablaba lo justo y sus eventuales interlocutores intentaban interpretarlo. Desde antes de su primer partido en la fase de grupos, lo que pesaba sobre esta generación eran las eliminaciones en 2022 del Mundial Sub-20 y los Juegos Olímpicos de París 2024, dos metas que marcaban hacia dónde había que ir.

Pero su experiencia en la Liga de Expansión, más la suma de hombres comunes que abraza-ron su idea futbolística, acabaron con el hartazgo de las derrotas y felicidades fugaces. El relato de esa intimidad quedó retratado al final del partido en el estadio Nacional Las Delicias, donde Rodrigo López (18), Ettson Ayón (45) y Jesús Gómez (64) marcaron los goles para llegar la final. Con un rival que no supo lo que estaba en juego, el 3-0 era muchísimo. Espinoza ya no tenía que explicar lo que buscaba de sus talentos. Y sin embargo, como el futbol permite alguna que otra sorpresa, la expulsión de Diego Campillo hizo de los últimos 15 minutos una noche más larga. Nadie quería sufrir un desenlace con la presión de viejas derrotas, por eso había que cerrar el círculo.

Muestra de que el Tricolor estaba decidido a una ofrenda, un grupo de jugadores salió corriendo hacia Espinoza para abrazarlo después del silbatazo del árbitro. Fue acaso la consagración de un liderazgo construido, la posibilidad de volver a consagrarse en unos Juegos Centroamericanos como en la edición de Veracruz 2014.

Ahora podemos dormir tranquilos, reconoció en medio de la celebración Rodrigo López, autor del primer tanto ante los hondureños. Más que presión, sentimos mucha motivación, porque es algo por lo que trabajamos desde que somos niños. En la final nos espera el objetivo mayor, que es la medalla de oro.

En cada victoria que sumaron en este torneo, lo que se escuchaba de los más jóvenes era la misma respuesta. Ninguno consideró que el segundo o tercer lugar podían ser una misión cumplida. Para México es una obligación estar en las fina-les de toda competencia, así lo entendemos y por eso venimos aquí, recalcó Ettson Ayón, una de las fi-guras del partido. Todavía no conocemos a nuestro rival. Sentimos que somos una potencia en la zona, por eso la presión no existe.

 

Fuente: La Jornada

Foto: La Jornada

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