El papa Francisco llamó ayer a los católicos chinos a ser buenos ciudadanos
al final de una misa durante su visita a Mongolia, nación que concentra una minoría de mil 400 creyentes de esta fe.
El pontífice dijo que aprovechó su viaje para mejorar con delicadeza los nexos del Vaticano y China, país con el que no tiene relaciones diplomáticas y donde el catolicismo es generalmente reprobado por las autoridades.
El jesuita argentino –en compañía del obispo de Honk Kong, Stephen Chow– reconoció que muchos feligreses procedentes del gigante asiático viajaron a verlo, pese a los riesgos de represalias de Pekín.
La imagen, en la reunión interreligiosa en Ulán Bator con líderes cristianos y representantes del budismo, chamanismo, Islam, judaísmo, hinduismo, la Iglesia ortodoxa rusa, mormones y bahaí.
Fuente: La Jornada
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