El caso Jennifer Hermoso reveló también la urgencia de ambientes seguros para las jugadoras, afirma.

El Mundial Femenil 2023 ha sido clave para la categoría, así como para la carrera del técnico mexicano Ignacio Quintana. El certamen fue una ventana para demostrar tanto el desarrollo del futbol de muje-res como los cuidados extracancha que requiere, afirma el timonel, quien renovó con la selección de Panamá hasta 2027 después de llevarla a Australia-Nueva Zelanda.

Esta Copa envió un mensaje de inclusión muy fuerte. Aumentó el número de afición y participan-tes; más allá de eso, hubo una gran calidad, sostuvo Quintana, quien junto con Panamá tuvo su primera experiencia mundialista. Fue sano que hubiera un nuevo campeón (España), pues el futbol femenil ha cambiado, ya no es suficiente con lo que hacían antes potencias como Estados Unidos.

No obstante, el timonel no pasa por alto un episodio del Mundial que desató revuelo para desembocar en un cambio de conciencia, al lamentar la agresión que vivió la campeona Jennifer Hermoso al recibir un beso no consensuado por parte de Luis Rubiales, ahora ex presidente de la Real Federación Española de Futbol.

La actitud del dirigente en definitiva es reprobable, de ningu-na forma se puede justificar, pero desgraciadamente es una realidad con la que las jugadoras han vivido. Ellas han tenido que abrir camino con su propia mano frente a este tipo de personajes alrededor. Es importante que en cualquier proyecto, femenil o varonil, haya un ambiente seguro. Antes de pensar en competir se debe pensar en educar, analiza el tricolor.

En lo deportivo, para Quintana el haber aumentado el número de participantes a 32 por primera vez en una Copa del Mundo femenil le permitió a varios países de menor infraestructura, como la propia Panamá, vivir este aprendizaje. Ya no vimos esas grandes goleadas, hubo países, como Marruecos, Filipinas o Nueva Zelanda, que de cier-ta manera fueron una sorpresa para quienes no están tan empapados de este tema, indicó.

Panamá fue una de las debutantes en Mundiales femeniles en la edición de Australia-Nueva Zelanda. El boleto lo consiguió bajo el mando del mexicano Quintana y aunque fueron eliminados en la fase de grupos, esta participación ha creado un referente para un país donde comienzan a sembrarse los cimientos del futbol de mujeres.

Esta participación sirve a las jugadoras para tener referentes, deben saber hacia dónde ir y no quedarse sólo con lo que ven en redes sociales. Es importante tener a estas estrellas en la cancha, que compitan y las superen en algún momento, es la única manera de llegar la Copa del Mundo.

La actuación con Panamá en Australia-Nueva Zelanda ha sido suficiente para que ahora Quintana comience un nuevo ciclo con las centroamericanas con la encomienda de llegar nuevamente a la Copa del Mundo. Es un mensaje para que los entrenadores mexicanos no se cierren, hay oportunidades, pensar en el extranjero no significa sólo Europa.

Fuente: La Jornada

Foto: La Jornada