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Vecinos de Barra Vieja ya recibieron sus enseres

Les entregaron refrigerador, estufa, sartenes, licuadora, ventilador y colchón.

Acapulco, Gro., Para Jesús Navarrete recibir alguna ayuda es esencial. El huracán Otis dejó inservible casi todo dentro de su casa. Vive en Barra Vieja, a 40 kilómetros del centro de Acapulco, y su esposa, a quien le duelen las piernas casi todas las tardes, duerme en el único colchón viejo que les quedó; Jesús debe hacerlo en una silla que después de horas se vuelve incómoda.

Ayer por la mañana fueron de las primeras familias en recibir el paquete de enseres repartidos por el gobierno federal, luego de que su comunidad fue en la que se iniciaron los repartos para los damnificados por el fenómeno natural.

Les dieron un colchón, un refrigerador, una estufa, un juego de sartenes, una licuadora y un ventilador. De momento, los electrodomésticos no los podrán usar, ya que no se ha restablecido el servicio eléctrico en la localidad. Nos dijeron que va a tardar un mes en regresar la luz, relata Aurora, otra de las beneficiarias, aunque el personal de la Secretaría de Bienestar que coordinó la entrega, junto con elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), señalan que será en unos días cuando se recupere el servicio.

Ayer, en la zona donde viven Jesús y Aurora, fueron 100 paquetes los que se entregaron, expusieron integrantes de las dos dependencias, sin dar mayor detalle.

Pese a que la ayuda es crucial, aún es urgente la energía eléctrica y medicinas. Los dos hijos de Aurora, que no superan los dos años de edad, ya tienen múltiples marcas por los mosquitos, lo que la ha obligado a refugiarse en la casa de una amiga que vive en otra colonia. Gracias al paquete de enseres, podrá volver a su casa en cuanto haya energía, en tanto, trabaja junto con su amiga en la limpieza de los departamentos que sufrieron daños.

En algunos casos, como el de Verónica Carbajal, no recibieron el paquete de enseres porque su casa no ha sido censada para hacerse beneficiarios de los apoyos. Personal de Bienestar asegura que podrán registrarse este martes y garantizan que, en cuanto lo hagan, les entregarán el paquete que se distribuirá a todos los afectados. El registro lo hará el hijo de Verónica, quien es mesero, pero se quedó sin trabajo por los efectos del huracán; ahora le pagan para limpiar los escombros en un hotel.

Mi cama quedó toda mojada, pero así duermo en el colchón apestoso, cuenta Verónica, aunque confía en que podrá registrarse en el censo de la Secretaría de Bienestar esta misma semana.

A una cuadra de ahí, Reina Villanueva apunta que el lunes fue a San Marcos a comprar carne, porque en Barra Vieja no hay venta. Gastó 160 pesos en carne que puso a orear junto a pescados. Mientras espanta a las moscas alrededor de la comida, explica que deben secar la carne porque no pueden usar el refrigerador, que quedó descompuesto tras el paso de Otis.

En la casa de junto, Gregorio Valente Carmona, un hombre de la tercera edad con problemas auditivos, vive solo. Sus hijos y nietos, dice, lo dejaron solo para irse al otro lado. Su vivienda quedó sin techo, aunque logró salvar un poco de las artesanías que hace con conchas de mar. Espera que con la llegada de la ayuda federal pueda colocar de nuevo su techo.

Las entregas de enseres se harán casa por casa durante las siguientes semanas y estarán acompañadas de paquetes de productos de la canasta básica y dinero en efectivo como apoyo a la población, lo cual variará dependiendo del grado de daños que hayan sufrido las viviendas.

 

Fuente: La Jornada

Foto: La Jornada

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