Mejorar un estadio de arriba a abajo puede deparar suertes distintas. En Honduras, las autoridades del futbol iniciaron en octubre las obras de remodelación so-bre el terreno de juego del Nacional Chelato Uclés, en Tegucigalpa, recinto donde México enfrentará a los catrachos en los cuartos de final de la Liga de Naciones de Concacaf. Como sucedió con el Azteca, la empresa TMS Grass, presidida por el costarricense Enio Cubillo, llevó a cabo el millonario proyecto para instalar el césped híbrido en lugar del natural con la normativa establecida por FIFA.
Cubillo, empresario y coordinador de los trabajos, fue señalado en 2018 por federativos mexicanos como responsable del mal estado del césped en el templo de la selección mexicana. Al evidenciar problemas de drenaje y notables capas de tierra y arena, que trataron de esconder las zonas más afectadas por la lluvia, los estragos del cambio derivaron en la cancelación del partido de la NFL entre los Jefes de Kansas City y los Carneros de Los Ángeles, además del regreso posterior al césped natural.
Muchos decían que no funcionaba el pasto híbrido en Latinoamérica, sólo en Europa, donde hacía frío. Ahora en Honduras derribamos ese mito
, señala Cubillo a La Jornada con imágenes que muestran una mejora en la casa del equipo bicolor, después de una inversión cercana a los 1.2 millones de dólares, según datos oficiales. En México hubo mucha presión de los directivos. No se hicieron las cosas como se tenían que hacer. Cuando vamos a un proyecto nuevo, sugerimos esperar 90 días para el uso del césped; si alguien nos dice que no, porque en 60 tienen que usarlo, no va a salir bien. Podrán decir muchas cosas, pero el tiempo nos dio la razón
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Construido en 1948 en la capital hondureña, el estadio Nacional es ahora el primero que cuenta en su país con millones de fibras plásticas y una grama natural similar a la que utiliza el Santiago Bernabéu, casa del Real Madrid. A partir de los nuevos parámetros que pone la FIFA, ya no se puede tomar ventaja de dejar el césped alto o bajo para los rivales
, menciona el costarricense en referencia a antiguos episodios entre mexicanos y hondureños, donde no sólo existía un ambiente hostil en las tribunas, sino que los entrenadores buscaban otros detalles para sorprender en el juego.
Una vieja rivalidad
En los archivos de esta rivalidad está el partido de 1993, en Tegucigalpa, ciudad donde el representativo nacional derrotó a los catrachos 4-1 en una noche donde los aficionados tiraron mallas ciclónicas, incendiaron vehículos en las calles, llovieron patadas y puñetazos, y el portón de los vestidores quedó hecho trizas. Las consecuencias de aquella invasión, en la que los jugadores mexicanos apenas pudieron salir directo hacia el aeropuerto, cambió la localía de la H a San Pedro Sula en los años siguientes. Sin embargo, ante las malas condiciones del Olímpico Metropolitano, las puertas del Nacional se abrirán en un partido internacional.
No nos vamos a volver locos por buscar el resultado en Honduras. Éste caerá por su propio peso
, afirma el volante tricolor del Dinamo de Moscú, Luis Chávez. Luego de pagar su cláusula de rescisión a los Tuzos, en un proceso que se extendió varias semanas, el jalisciense considera que el momento es propicio para que los clubes de la Liga Mx faciliten la salida a Europa de elementos nacionales, antes de privilegiar el negocio: La postura de algunos equipos debería ser la de apoyar más a sus jugadores. Sé que es un negocio, pero no hay que verlo tanto de esa manera para que la selección esté mejor, con elementos en ligas de mayor calidad
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Fuente: La Jornada
Foto: La Jornada