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Para mucha gente es difícil expresarse y todo arte es una conversación, afirma Sonic Boom

Reset, con Panda Bear, tiene la intención de reproducir la sensación sanadora de la música, agrega.

Especial para La Jornada. En la única entrevista concedida en su paso por la Ciudad de México, Sonic Boom repasa desde sus comienzos con Spacemen 3 hasta su actualidad junto a Panda Bear, con quien actuó en el Festival Hipnosis.

A teenage dream/ So hard to beat (un sueño adolescente es tan dificíl de vencer) es el primer verso de la canción Teenage Kicks, de The Undertones, el sencillo preferido del diyéi John Peel, y puede aplicarse al grupo británico Spacemen 3, si a la ensoñación posterior a la pubertad se le suma una alucinación colectiva montada en una repetición distorsionada de dos acordes extendidos. Editado sólo un año después de Sychocandy, de The Jesus & Mary Chain, Sound of Confusion (1986) es un disco debut meta roquero, en el que los formados en la ciudad de Rugby buscaron operar un salto temporal basado en una fe non sancta.

Peter Kember, también conocido como Sonic Boom, está sentado en un sillón de cuero del vestíbulo de un hotel y a primera vista podría ser otro turista delgado de los que pueblan la Condesa, pero en su rostro se reconoce la experiencia de esos que tienen un estudio de grabación y al escenario como hábitats naturales. Han pasado algunos días de su presentación en el Festival Hipnosis junto a Panda Bear y extendió su visita a la Ciudad de México para grabar versiones de algunas de sus canciones en un estudio local.

Traumas de la edad temprana

Con la distancia de los años, ciertas partes de su rol en los seminales Spacemen 3 parecen sonarle a Peter como los traumas propios de la temprana edad recreados en vivo, lo que no quiere decir que niegue que el combo tuvo entre sus manos la prescripción musical perfecta. A Kember no le molesta hablar sobre el pasado, tal vez porque nunca lo sobrexplotó, o porque en su carrera solista logró trascender la fórmula de Spacemen 3, sobre la que nuevas generaciones de adolescentes terminan imitando desde su disolución.

Kember aprovechó algunos días libres para grabar junto a un auténtico grupo de mariachis: “desde hace unos años tuve el sueño de hacerlo y la idea volvió en este nuevo disco. La canción Danger significa, para mí, algún pueblo mexicano pequeño; siento que Lisboa, donde vivo, tiene aspectos cercanos a lo latino; los portugueses consumen toneladas de música brasilera, aunque no estoy seguro de que sea algo recíproco. Fue muy bueno lograr grabar con músicos locales. A los mariachis les gustaron los temas, aunque les resultó extraño que no tuvieran la forma verso-coro-verso. Creo que también vamos a hacer versiones en español, no es sencillo mantener el sentido y las rimas, pero sé que es realizable porque he escuchado temas interpretados originalmente en otros idiomas: por ejemplo, My Way es una de las más tocadas en todo el mundo y es originalmente francesa”.

El eco de las guerras

La música como elemento liberador para generaciones que cargaron en su infancia con circunstancias relacionadas a la Segunda Guerra Mundial, fue naturalmente remarcada por los ejecutores del rock cósmico alemán de finales de los años 60. Para Sonic Boom, es un fenómeno que afectó a habitantes de toda Europa y que no se limita a ese periodo. “La idea general del álbum Reset, era juntar dinero para la salud mental, no lo difundimos así porque no queríamos que fuera algo necesariamente público. El disco se trató también de nuestra propia salud mental, pero quisimos donar un tercio de los recursos generados para apoyar causas como el tratamiento terapéutico con MDMA de traumas severos. Creo que los problemas actuales de salud mental tienen que ver con el eco de generaciones criadas en las guerras de los pasados 100 años; uno de los casos para los que suele utilizarse este tratamiento es el estrés postraumático de haber participado en una guerra”, sostuvo.

Plegarias de los no creyentes

Para un grupo de adolescentes con simpatía por la farmacopea y los primeros trabajos de The Stooges, Spacemen 3 ciertamente ahondó en las referencias religiosas como metáfora recurrente para el consumo de las drogas más adictivas, lo cual significó lo opuesto a un coqueteo con el cristianismo. Al respecto, afirmó: “no creo en ningún tipo de dios, puede ser un mecanismo útil para hacer canciones; por ejemplo, en Lord Can You Hear Me? hay una ironía en apelar a algo en lo que no crees, pero en lo que una gran cantidad de gente deposita su fe y nunca se lo cuestiona. Cuando alguien me dice que es cristiano le pido que me explique la inmaculada concepción, que es una de las mentiras más grandes jamás contadas. Yo era un dolor de culo para mis profesores de religión porque les decía: ‘esto es una basura sin sentido’. El tercer álbum de The Velvet Underground tiene muchas referencias a Jesús, generalmente utilizadas como una metáfora para el consumo de heroína, porque la experiencia hace que el usuario se enamore de la droga de una manera que no sucede con otras sustancias. La gente solía decir que teníamos una influencia gospel, pero nosotros no lo notamos”.

Cuando Spacemen 3 comenzó su carrera, no tenía influencias, sino tótems. Fuimos completamente disfuncionales y si leo o veo fotos sobre 13th Floor Elevators o The Stooges reconozco a nuestra especie en los personajes. Son increíbles, pero no creo que alguien pueda decir que su talento provenga de su funcionalidad, y ese es el punto. Fui muy afortunado de crecer en la época del punk, en la que personajes súper disfuncionales crearon un arte duradero, como Sex Pistols. Siempre fue así, aunque hablemos de Beethoven o de Mozart, resaltó

1997: Odisea del espacio

Con su uso de los osciladores de antiguos sintetizadores analógicos en el disco Forever Alien (1997), Spectrum, grupo del cual Kember fue un integrante fundamental, equipara la inmensidad del espacio exterior con la extrañeza del interior, al estilo de 2001: Odisea del espacio. Fue concebido en la época en la que Sonic Boom aprendió secuencias de armonía directamente de la compositora del BBC Workshop, Delia Derbyshire. Señaló: “Es un disco único, cuando lo hicimos empecé a tomar DMT y fue perfecto, porque tuve un viaje superprofundo y no muy extenso; creo que estaba autoanalizándome de alguna manera. Considero al DMT más un sacramento que una sustancia para abusar. Pude ver una perspectiva diferente dentro de mi música para explorar y eso fue Forever Alien. La canción que lleva el mismo título fue difícil de vocalizar, porque me estaba exponiendo, diciendo cosas difíciles de expresar, haciéndolo de una forma que no es simple, y tal vez por eso resuena con la gente. La mayor parte de ese disco fue concebido de forma muy positiva, pero también hay un par de temas en los que estaba buceando en aspectos de mi persona que seguramente no me agradaban demasiado. Esa manera de ver pasar la vida delante de tus ojos fue un proceso interesante. Para mucha gente es difícil expresarse y todo arte es una conversación, en muchos casos derivada de una obsesión”.

Reset

Sonic Boom se refirió a Reset (2022). Añadió: hacer y lanzar este disco bajo condiciones difíciles fue una de las experiencias más increíbles, tanto Noah Lennox, alias Panda Bear, como yo, estábamos fritos. A veces tengo un día negro, cualquiera que no se deprima es un sociópata. La vida tiene sus momentos altos y bajos. Estábamos molestos desde antes de la pandemia: con las redes sociales, con la forma en que las disfuncionalidades se pasan a través de las generaciones. Sacamos el disco con la intención de reproducir la sensación sanadora que sentimos haciendo música.

 

Fuente: La Jornada

Foto: La Jornada

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