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Agrava la situación de migrantes el maltrato de la alcaldía Cuauhtémoc

En el albergue de la colonia Juárez les impone reglas como en un cuartel // La luz, otra forma de acoso// La Cruz Roja les lleva víveres.

Migrantes procedentes de Haíti, Venezuela, Nicaragua y Guatemala, entre otros países, permanecen acampados en la plaza Giordano Bruno, colonia Juárez, en algunos casos desde hace dos meses, en espera de que se les notifique la cita para ingresar a Estados Unidos que solicitaron mediante la aplicación de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP One por sus siglas en inglés).

Sin embargo, para los entrevistados es mejor permanecer en la vía pública y no en la Casa del Migrante habilitada por la alcaldía Cuauhtémoc, debido al maltrato recibido por personal a cargo de las instalaciones.

En la calle Roma, casi esquina con Paseo de la Reforma, los migrantes decidieron instalar sus casas de campaña en la banqueta, que a su vez mantienen protegidas con pedazos de cartón para atajar el frío y las ráfagas de viento de la temporada invernal.

Procedente de Venezuela, Rocío Guevara aseguró que en la Casa del Migrante no te ofrecen cobijas ni comida; si traes un poquito de ropa sucia, que es la que tienes y quieres lavar, te dicen: O lavas o te bañas, o sea, te condicionan los servicios.

Les dan trato despótico

Acompañada de su esposo y de su hijo, recordó que “antenoche le dieron 20 minutos a una joven haitiana para bañarse. La muchacha no se pudo bañar en el momento, pero recolectó agua en un perol y se bañó más tardecito. Cuando apenas se estaba enjabonado, llegó una señora y botó el agua a las plantas y le dijo que no tenía permiso de bañarse a esa hora.

Ella se sentía muy mal por no terminar de bañarse y por el trato despótico, y ante el reclamo de los migrantes, aseveró: En esta casa hay normas y tienes que cumplirlas.

Indicó que los migrantes deben abandonar las instalaciones a las siete de la mañana y afuera, aunque te estés orinando, no te dejan entrar al baño. Y para regresar a las instalaciones tienes que hacer fila desde las 15 horas para alcanzar cupo de 150 personas.

Otro caso es el de Aydais, procedente Managua, Nicaragua, quien llegó hace dos meses, pero fue rechazada porque dos de sus tres hijos fueron contagiados de varicela; pese a ello, tampoco le ofecieron atención médica en la Casa del Migrante.

Mientras cocina un huevo estrellado y fríe plátanos machos en una cacerola sobre un anafre, dijo que desde hace más de un mes les cortaron la luz en la plaza, por lo que en el campamento, donde hay alrededor de 100 casas de campaña, pasan las noches en total oscuridad.

Vecinos se solidarizan

En tanto, Moisés de Rosas, residente de la calle Liverpool, confirmó que en la plaza no hay luz desde hace tiempo; a lo mejor hasta es maldad, sospechó, al señalar que no me gusta que los vean mal, están necesitados, al final no están aquí por gusto. Hay que ser humanitarios.

Óscar Colín, quien trabaja en unos laboratorios cercanos al campamento, comentó que cuando no hay nadie la plaza luce alumbrada. A mí no me molestan, al contrario, debemos aprender a vivir con los migrantes.

Ayer por la tarde, una brigada de la Cruz Roja Mexicana entregó en el campamento media tonelada de alimentos no perecederos como frijol, arroz, azúcar, sopa instantánea, atún, latas de verduras, toallas sanitarias, escobas y recogedores.

En cuanto a los horarios de la Casa del Migrante, el área de Comunicación Social de la alcaldía Cuauhtémoc indicó que hay un reglamento que cumplir y los horarios son con el objetivo de sanitizar las instalaciones.

Fuente: La Jornada
Foto: La Jornada
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