Los destellos, de la española Pilar Palomero, y Ainda estou aqui, del brasileño Walter Salles.
El duelo y la resiliencia frente a la pérdida de un ser querido son los pilares de las películas Los destellos y Ainda estou aqui, presentadas ayer en Festival de San Sebastián.
Los destellos, de Pilar Palomero, muestra una visión profundamente humana de la muerte, basada en la obra Un corazón demasiado grande, de Eider Rodríguez.
Reconocida por su impecable trabajo en Las niñas y La maternal, la tercera producción de Palomero está llena de mucho significado personal al haber sido filmada en el pequeño pueblo de sus abuelos donde creció de niña.
La cinta es protagonizada por Patricia López Arnaiz. Cuenta la vida de Isabel, que cambia drásticamente cuando su hija Madalen le pide que visite a Ramón, quien está enfermo.
Después de 15 años de distanciamiento de su ex marido –que ahora le resulta un extraño, a pesar de los años que compartieron como familia–, Isabel siente cómo resurgen viejos resentimientos que pensaba haber dejado atrás.
Al acompañar a Ramón en su momento de mayor vulnerabilidad, Isabel encontrará una nueva perspectiva sobre el fracaso que ambos vivieron, permitiéndole centrarse en el presente y en su propia vida.
Sobre la fotografía y escenas, se proyectó que la película tuviera un lenguaje distinto a sus anteriores realizaciones y se planificaron mucho las escenas, siguiendo el camino hacia algo clásico, pero con algo nuevo.
El tema de la historia es muy fiel al relato original, y desde el inicio se pensó sobre el amor entre seres humanos, con una reflexión más allá del núcleo familiar proyectado hacia la sociedad
, manifestó la escritora y guionista española Pilar Palomero en rueda de prensa junto con todo el elenco.
Documental íntimo
A su vez, la cinta brasileña Ainda estou aqui, de Walter Salles, muy elogiada en la pasada Mostra de Venecia, y ahora en La Perlak de San Sebastián, es un documental profundamente íntimo que explora la resiliencia emocional frente al duelo y la pérdida. Salles es reconocido por filmes anteriores como Diarios de motocicleta y Central do Brasil. En su más reciente trabajo adopta un enfoque más personal y reflexivo, creando un relato que combina lo individual con lo colectivo.
Uno de los aspectos más notables del documental es el uso del formato para conectar experiencias de duelo que, aunque son individuales y únicas, se entrelazan con temas universales.
Salles logra capturar ese dolor compartido sin caer en el sentimentalismo fácil, dejando que las imágenes hablen por sí mismas, técnica que refuerza la autenticidad de la narrativa.
Esta obra muestra la madurez artística de Walter Salles. Más que un documental sobre la pérdida, es un poema visual sobre la fortaleza del espíritu humano. Al abordar el dolor desde un lugar de empatía, el realizador ofrece una mirada que trasciende el sufrimiento, proponiendo un camino hacia la sanación.
Salles dijo en conferencia de prensa que su intención no era simplemente documentar el dolor, sino explorar cómo nos enfrentamos a la ausencia
. También expresó que para él era crucial mostrar la capacidad del ser humano de reconstruirse, de encontrar esperanza incluso en los momentos más oscuros
.
Fuente: La Jornada
Foto: La Jornada