Eric Clapton electrizó a una multitud enardecida por el resplandor sonoro de su guitarra Stratocaster y su sonido inconfundible en intensidades estremecedoras. El gozo engarzó sus conocidas piezas de repertorio y nunca defraudó. Por el contrario, refrendó su genialidad y demostró con creces que su legado continuará por mucho tiempo.
Fuente: La Jornada
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