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Busquets-Rodrigo, la fórmula inédita.

El poderío físico de Francia y la amenaza de las transiciones que podían protagonizar Mbappé, Griezmann y Benzema llevaron a Luis Enrique a una solución inédita. Por primera vez el seleccionador español decidió alinear de inicio a Sergio Busquets y a Rodrigo Hernández. Tanto en su primera etapa como en la segunda, el seleccionador español nunca había negado que ambos podían jugar juntos cuando fue cuestionado por si ante las grandes selecciones no sería conveniente confeccionar un centro del campo más sólido. Desde el regreso de Luis Enrique, España se ha enfrentado a Holanda, Alemania, Portugal, Croacia e Italia. A ojos del preparador asturiano, ninguna de estas selecciones fue merecedora de probar con el mediocentro del Barcelona y el del Manchester City. No renunció al 4-3-3 Luis Enrique. La solución para mezclarlos fue situar a Rodrigo como interior izquierdo. La idea debía rondarle por la cabeza al técnico español desde septiembre. “El míster me pide más vocación ofensiva, que no piense tanto que soy un pivote, me pide que sea casi más un interior y me incorpore más al ataque”, relataba Rodrigo por entonces en una entrevista concedida a este periódico.

La estrenada alternativa tardó en engrasarse. Por la presión alta con la que se descolgó Francia de arranque. También porque al centrocampista madrileño le costaba girar y jugar hacia delante.

En la medida que los campeones del mundo fueron perdiendo fuelle para agobiar la salida de la pelota de España, ambos crecieron. A Busquets le agobiaba Griezmann, condenado por Deschamps a sacrificarse para que el capitán de la Roja no pudiera construir.

La solución diseñada por Luis Enrique le dio a España para competirle a Francia un partido bravo y farragoso en el centro del campo. En cada disputa saltaban chispas y los futbolistas españoles, encabezados por el novato Gavi, recurrieron a las faltas tácticas cada vez que fue necesario. Esta faceta ha sido una de las que Luis Enrique ha tratado de corregir con respecto a la ventana de septiembre.

Fue en el arranque del segundo tiempo cuando la fórmula Busquets-Rodrigo mejor funcionó. El primero encontró pases para romper línea y el segundo le escoltó bien. Bajo el control que pudieron ejercer, España por fin encontró lo que buscaba con Oyarzabal jugando como falso nueve. El delantero realista comenzó a ganar los balones por abajo que le enviaban cuando bajaba al centro del campo a recibir. Fueron los momentos en los que mejor jugó España porque pudo salir con más claridad. Oyarzabal estuvo muy inteligente para amagar con recibir otro de esos pases por abajo, pero se giró y rompió al espacio para recibir un centro filtrado de Busquets que le puso en un duelo con Upamecano. El central francés cometió en el control uno de esos errores de bulto que suele tener y facilitó que Oyarzabal pudiera batir a Lloris con un zurdazo seco y cruzado.

Con la ventaja en el marcador, España podía poner en marcha el otro plan que facilitaba la alineación conjunta de Busquets, elegido mejor jugador del torneo, y Rodrigo. Podría defender el resultado con un mayor control de la pelota con ambos sobre la hierba. Sucedió que Benzema no le permitió con el golazo que marcó en la jugada que Francia elaboró nada más sacar de centro.

Fuente: El País.

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