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El Real Madrid blinda con cláusulas de oro la amenaza del PSG.

Lo que parecía impensable, imposible, un sueño megalómano, se hizo realidad hace cuatro años. El PSG abonó la cláusula de Neymar, 222 millones, y revolucionó la historia del fútbol. Los clubes se pusieron en guardia para proteger a sus mejores jugadores. Y el Real Madrid potenció una política que ya había comenzado con las rescisiones de Benzema y Bale, valoradas en mil millones, cifras que no han variado y que son la plusmarca de la entidad. Desde entonces, las contrataciones y renovaciones del equipo madrileño han incluido unas rescisiones de contrato que significan que si un equipo quiere tocar a un integrante del vestuario de Valdebebas deberá pagar un precio multimillonario o negociar directamente con la casa blanca, que de eso se trata.

Los 222 millones pagados por Neymar el 3 de agosto de 2017 revolucionaron los cimientos del fútbol y el club blanco ha potenciado una política que comenzó con los mil millones de protección firmados por Cristiano, Benzema y Bale, que exigían una negociación si alguien quisiera ficharlos. Es lo que hizo Jorge Mendes con el astro luso en 2018, que obtuvo su libertad por cien millones, pagados por la Juventus
Cristiano es el ejemplo de esta planificación que pone un muro ante jeques y emires estatales. Fue el primero en tener un escudo de mil millones y, cuando quiso marcharse hace un trienio, Jorge Mendes tuvo que dialogar con la empresa madridista para obtener un precio. Se estipuló en cien millones. Y la Juventus los pagó por el portugués.

Esos clubes estado, el City, el PSG y el Newcastle, comprado ahora por PIF, un fondo de inversión que lidera Mohamed Bin Salman, heredero del trono de Arabia Saudí, son el peligro. La inquina que el Paris Saint-Germain demuestra ante el Real Madrid, con declaraciones de Al-Khelaifi y de Leonardo, son un reflejo sanguíneo, casi intestinal, de la amenaza.

Florentino Pérez ha colocado un paraguas inexpugnable. Los fichajes y las extensiones de contrato llevadas a cabo en los últimos meses delatan esa filosofí.

David Alaba, que ha llegado con carta de libertad, ha rubricado una cláusula de 850 millones, la tercera más cara en la clasificación interna. Vinicius lidera el cuarto escalón de precios, 750 millones, cantidad que también tienen firmada Modric, Brahim y Jovic. Eduardo Camavinga, recién adquirido, encabeza la cuarta escala, 700, un nivel que incluye igualmente a Valverde y Miguel tras la ampliación de sus relaciones contractuales. En ese listón también permanecen Asensio, Courtois e Isco.

Casemiro tenía antes de su nueva ficha una rescisión de 350 millones y ahora ha sido aumentada a 500, la misma que ha pactado Dani Carvajal, que antes rondaba los 200. En este ránking de 500 se encuentra Kroos desde hace tres temporadas, además de Ceballos y Mariano cuando rubricaron su llegada al Real Madrid.

Lo que ha hecho Florentino Pérez es poner un foso con cocodrilos para proteger el castillo madridista; Blanco y Marvin, recién renovados, han rubricado una «protección de datos» que supera los 222 millones que Neymar marcó como listón estratosférico
Hazard vino hace dos campañas con un coste de liberación de 300 millones. El joven Takefusa Kubo, cedido al Mallorca, está protegido con una valoración de 250 millones, unos números que también constan en las fichas de Ferland Mendy, Militao, Lunin, Vallejo y Reinier, prestado al Borussia Dortmund.

Las calentitas ampliaciones de contrato de Blanco y Marvin han añadido una cifra millonaria que también supera los 222 millones que removieron los cimientos de este deporte el 3 de agosto de 2017, con Neymar.

El canterano Nacho ha extendido su vida con la casa de sus amores por tres años con una cláusula de 200 millones, la misma que posee Marcelo desde hace un lustro. Lucas Vázquez, que rechazó al Bayern para continuar en el Real Madrid tres cursos más, tiene una protección de datos de 160 millones.

Son cifras, por supuesto, para no tener que preocuparse por los ataques externos de clubes financiados por el petróleo y el gas de Catar (PSG) y de Kuwait (Manchester City).

Está claro que si hay una oferta por veteranos como Modric, por ejemplo, se le facilitarían las condiciones de marcharse si el jugador así lo quisiera. Bale y Marcelo tendrían la carta de libertad si quisieran irse. Lo que ha hecho el Real Madrid es poner un foso con cocodrilos ante cualquier ataque al castillo blanco.

Fuente: ABC.

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