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Macron fracasa en su intento por atajar la crisis de Ucrania por la vía diplomática.

Mientras el presidente de Rusia, Vladimir Putin, comparecía para anunciar el reconocimiento del Donbass, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, convocaba una reunión de urgencia del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional (CDSM).

Se trata de un consejo de ministros restringido, en el que solo participan las máximas autoridades responsables de la seguridad nacional, los ministros de Exteriores, Defensa e Interior, y el Jefe de Estado mayor de los Ejércitos. En tanto presidente de la República, Macron también es la máxima autoridad del Estado.

La reunión de urgencia del CDSM en el Elíseo tenía por objeto «analizar» la evolución de la crisis ucraniana, tras la declaración de Putin, para «coordinar» las distintas medidas que pudiera tomar Francia, en solitario o en compañía de los aliados europeos.

Precisamente, los esfuerzos diplomáticos de Macron en los últimos días se habían dirigido a encontrar una solución diplomática para la crisis.

Como intermediario entre Joe Biden, Vladimir Putin y Volodimir Zelenski, Macron jugó y se benefició de las «cartas» de presidente de la primera potencia nuclear europea, miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU y potencia militar capaz de enviar millares de soldados fueras de sus fronteras para pesar en regiones estratégicas.

Intereses de Bruselas
El beneficio internacional es evidente. Putin y Biden pueden escuchar o fingir que escuchan al presidente de Francia, pero el resto de los aliados miembros de la Unión Europea (UE) encuentran en el presidente francés un actor capaz de intentar de defender los intereses estrictamente europeos en la crisis en curso.

Macron prolonga la posición histórica de Francia y sus antecesores en la jefatura del Estado. François Hollande ya propició y lanzó las negociaciones del Formato Normandía, el 6 de 2014, cuando Vladimir Putin, Petro Porochenko, Angela Merkel y el presidente francés comenzaron un proceso negociador a cuatro (Rusia, Ucrania, Alemania y Francia), siempre inconcluso, intentando frenar la guerra e intentar una negociación sobre la crisis en el este de Ucrania.

Siete años más tarde, Macron intentó hace semanas relanzar ese proceso como alternativa siempre empantanada.

Macron propuso el mes de septiembre del 2017, y sigue proponiendo, la afirmación de la soberanía estratégica de la UE, poniendo el arsenal nuclear de Francia al servicio de la seguridad europea. Alemania y otros países se resisten al abandono del paraguas militar de los EE.UU. Sin el activismo mediador de Macron, los intereses estrictamente europeos quedarían en manos de Washington y Moscú.

Los presidentes de Francia, Hollande, ayer, y Macron, hoy, asumen un liderazgo europeo que los dirigentes alemanes, Merkel, ayer, Scholz, no desean o no pueden asumir, víctimas de los equilibrios de poder en las sucesivas coaliciones alemanas.

Retirada alemana
Los presidentes de Francia, Hollande, ayer, Macron, hoy, cuentan con el apoyo de una suerte de unión sagrada, nacional, ante el puesto de Francia en el mundo. Extremas derechas y extremas izquierdas francesas hacen el juego de Rusia, siempre. Pero socialistas, centristas y conservadores franceses son partidarios de una Francia fuerte y activa en la escena internacional.

Macron cuenta, así mismo, con el apoyo masivo de la opinión pública, muy satisfecha de la presencia política, diplomática y militar de Francia en la escena internacional.

La presencia de 5.000 soldados franceses en Sahel, con un costo muy duro en derramamiento de sangre, ha sido y es apoyada de manera masiva. La modernización sistemática del arsenal nuclear y convencional es percibida como una necesidad imprescindible, para una gran potencia, miembro del Consejo de seguridad.

Como varios de sus antecesores, Emmanuel Macron ofreció a Alemania y la UE poner su arsenal nuclear (el primero de Europa) al servicio de la seguridad común. Berlín y varios aliados europeos siguen prefiriendo confiar en la solidaridad militar de los EE. UU. La crisis ucraniana ha vuelto a recordar que Francia sigue defendiendo una soberanía estratégica de Europa más urgente que nunca. Sin la mediación francesa, los intereses estrictamente europeos quedarían convertidos en meros peones del diálogo solitario entre Moscú y Washington.

Desde una óptica estrictamente nacional y personal, todos los estudios de opinión sugieren que el activismo diplomático puede favorecer su reelección como jefe del Estado, que debiera anunciar su candidatura los próximos días.

Fuente:ABC.

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