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Zelenski presiona a Alemania para que deje de comprar gas ruso.

Las compras energéticas de Alemania a Rusia siguen inyectando en las arcas de Putin200 millones de euros al día y el gobierno ucraniano aumenta la presión por todos los medios a su alcance para que Berlín acceda a nuevas sanciones que interrumpan esa vía de liquidez para la invasión. El embajador de Ucrania en Alemania, Andriy Melnyk, ha acusado al presidente federal alemán, el socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier, de estar «demasiado cerca de Rusia», en una entrevista en la que no ha dejado títere con cabeza en el gobierno alemán.

«Para Steinmeier, la relación con Rusia ha sido y sigue siendo algo fundamental, incluso sagrado, pase lo que pase. La guerra de agresión no juega para él un papel importante», ha dicho Melnyk en declaraciones a Tagesspiegel, en una entrevista en la que ha acusado a Alemania de seguir manteniendo demasiados intereses propios en relación con Rusia, como la dependencia del gas, el petróleo y el carbón.

«Las acciones de Steinmeier como jefe de la cancillería y luego como ministro de Relaciones Exteriores también tienen la culpa», ha reprochado al presidente alemán, «Steinmeier ha estado creando una telaraña de contactos con Rusia durante décadas. Mucha gente está involucrada en esto, gente que ahora está al frente del gobierno de los semáforos», en relación a la coalición de gobierno que soporta al canciller socialdemócrata Olaf Schol y de la que forman parte liberales y Verdes. Melnyk ha mencionado por su nombre a Jens Plötner, asesor de política exterior del canciller Olaf Scholz y al secretario deSe ha referido también a «muchos embajadores importantes». «Todo eso hace la diferencia», ha lamentado.

Melnyk ha lamentado muy especialmente la organización de un concierto de solidaridad con Ucrania organizado por el presidente federal, que él boicoteó personalmente porque estaba prevista la actuación de músicos rusos. «Sensibilidad es una palabra extranjera para Steinmeier», ha criticado, «desde mi punto de vista, el concierto fue una señal clara para Moscú, tal vez incluso para mostrarle a Putin: yo estoy defendiendo el fuerte aquí». A pesar de que, en su discurso sobre la reelección como presidente federal, saldó cuentas con Putin como nunca antes, Melnyk antepone que «no tiene ninguna relación con nosotros los ucranianos. Steinmeier no sabe qué hacer con nosotros».

Creciente presión
Estas críticas caen en un contexto de creciente presión, también por parte de Estados Unidos, para que Alemania abandone cuanto antes las importaciones energéticas rusas. El primer miembro del gobierno alemán en dar un tímido paso en ese sentido ha sido la ministra de Defensa, Christine Lambrecht, que ha declarado que a favor de que la UE baraje la prohibición de importar gas ruso después de la masacre descubierta por la retirada de las tropas rusas de Bucha. «Debe haber una reacción. Crímenes así no deben quedar sin respuesta y eso lo debe tener claro Putin», argumentó, defendiendo que urge discutir a nivel europeo que respuestas adicionales son posibles y que «los suministros de gas formarán parte también de esas conversaciones».

Lambrecht también ha reconocido que Alemania seguirá estudiando todas las solicitudes que llegues desde Ucrania de material de equipamiento militar y de armamento para ver si es posible suministrar los pedidos y en qué condiciones, aunque el embajador Melnyk también critica a Lambrecht. Recientemente se «sorprendió», ha dicho, al enterarse por los medios de una lista del gobierno federal de posibles entregas de armas por valor de 308 millones de euros. Sin embargo, el Ministerio Federal de Defensa no informó a la parte ucraniana sobre esta lista, que fue hecha pública por el ministro de Economía, Robert Habeck. «La comunicación podría ser mucho mejor», desliza, y añade que, «la lista incluye armas de fabricantes alemanes que el ejército no necesita como prioridad. Además, no existe un compromiso concreto en cuanto a la medida en que estas compras serán financiadas por el gobierno”. «Así que esta cifra de 308 millones de euros es falsa», corrige Melnyk.

Desde la Cancillería de Berlín no hay respuesta oficial a estas declaraciones, pero los portavoces de Olaf Scholz recuerdan que la política alemana hacia Ucrania y hacia Rusia no ha sido improvisada y que procede de una labor continuada de los sucesivos gobiernos. Una portavoz de Merkel ha dicho por su parte, ente esta velada acusación, que la excanciller apoya la decisión de no admitir a Ucrania en la OTAN en 2008, a pesar de las críticas de Zelenski, y que «mantiene sus decisiones en relación con la cumbre de 2008 en Bucarest». «Al mismo tiempo», ha añadido, «apoya los esfuerzos internacionales para poner fin a la guerra de agresión rusa en Ucrania».

A fecha de hoy, el gobierno de Olaf Scholz sigue rechazando la interrupción de las compras de gas ruso y argumenta que “un cese del suministro dañaría a la economía alemana significativamente más de lo que perjudicaría a la economía rusa”, en palabras del secretario de Estado de Economía Oliver Krischer, aunque admite que “después de las fotos que hemos visto este fin de semana, comprobaremos de nuevo cómo podemos reducir nuestra dependencia más rápido y con más medidas y, al reducir las compras cuanto podamos, estaremos avanzando en la práctica en esa dirección». La energética rusa Gazporm informa que el domingo fueron bombeados 108,4 millones de metros cúbicos de gas a Alemania y que han sido pedidos otros 108,3 millones de metros cúbicos para hoy lunes.

Fuente: ABC.

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