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Nueva lesión deja a Rafael Nadal fuera del Abierto de Australia.

Melbourne. Cansado, triste, decepcionado, destrozado, Rafael Nadal no escatimó adjetivos para describir el estado en que se encontraba tras su lesión y derrota en el Abierto de Australia, su enésimo contratiempo físico.

Codo, hombro, muñeca, espalda, pie, abdominales y ahora la cadera: las afectaciones han sido una constante en la carrera del campeón español, quien se ha vuelto especialista en sufrir, recuperarse y perseverar, como prevé hacer tras caer eliminado en la segunda ronda del Grand Slam, víctima del estadunidense Mackenzie McDonald y de su castigado cuerpo.

No puedo decir que no estoy destrozado mentalmente en este momento, porque estaría mintiendo, dijo el mallorquín , de 36 años, tras el dramático partido que perdió en sets corridos (6-4, 6-4 y 7-5) ante el jugador 65 del orbe, de 27 años.

Nadal, número dos del mundo, quiere seguir jugando tenis y no dar un paso atrás. Pero el vaso se va llenando y llega un momento que el agua puede salir por fuera, señaló resignado en la rueda de prensa donde se le vio abatido y con la voz a punto de quebrar.

Justo hace un año, el español se anotó una gesta en Melbourne: después de meses apartado de las pistas por una dolencia crónica en el pie, alzó el título de Australia 2022 tras remontar una final que tenía perdida (0-3) ante el ruso Daniil Medvedev.

Es el hombre con más títulos de Grand Slam en la historia, 22, 14 en la arcilla de Roland Garros.

Pero cuando el mejor Nadal parecía estar de vuelta, el fantasma de las lesiones reapareció con una costilla fisurada que le impidió jugar la final en Indian Wells; después en julio, en Wimbledon, con un desgarro abdominal que lo hizo tirar la toalla antes de las semifinales.

Sus numerosos contratiempos físicos empezaron en 2003, cuando tuvo que renunciar a Roland Garros por una lesión en el codo durante un entrenamiento. Tenía 18 años y dos en el circuito profesional.

En 2004, con 19 años, Nadal volvió a perderse el abierto francés y Wimbledon por una fractura en el escafoides del pie izquierdo, el inicio de una larga lista de males que lo han perseguido toda la carrera.

Campeón en Wimbledon 2008, después de una final memorable contra Roger Federer, el español no pudo defender el título sobre la hierba londinense en 2009 por una tendinitis persistente en las dos rodillas. El mismo año cayó en semifinales del Abierto de Estados Unidos al acusar un desgarro abdominal.

https://www.jornada.com.mx/2023/01/19/deportes/a10n1dep

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