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Sin movilización popular no habrá cambios: Petro

El diálogo con el ELN está cerca del punto de no retorno, señala.

Bogotá. Ante una colorida multitud que colmó la Plaza de Bolívar, el presidente Gustavo Petro insistió ayer en que la única manera de que el cambio y las reformas sociales que impulsa su gobierno logren volverse realidad es mediante la organización y la movilización del pueblo.

Indígenas provenientes de las montañas andinas, estudiantes, obreros, campesinos, afrodescendientes y gente de las barriadas populares se fundieron en medio de una algarabía entusiasta que comenzó temprano, cuando los manifestantes recorrieron las principales vías de esta capital.

Lo mismo ocurrió en las principales ciudades del país, donde miles de personas atendieron la invitación del presidente a expresar en las calles su respaldo a las iniciativas del Ejecutivo que actualmente hacen trámite en el Congreso. Los organizadores de las marchas estimaron en 150 mil el número de ciudadanos que salieron a manifestarse.

Si tenemos un pueblo movilizado a este gobierno no lo podrán tumbar, que ni sueñen; si tenemos un pueblo movilizado las reformas se abrirán camino, aseguró Petro desde la tarima, rodeado de los ministros y sus más cercanos colaboradores.

El jefe de Estado aprovechó la ocasión para desestimar los resultados de recientes encuestas que le dan bajos márgenes de apoyo, advirtiendo que las encuestas reales nos dicen que si mañana hubiera elecciones, otra vez ganamos. Lo que hay es fuerza y cariño popular, remató.

Avances en paz

El presidente hizo importantes anuncios sobre los avances de las negociaciones de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), iniciadas en noviembre pasado, y dijo que nunca se había llegado tan lejos con esta guerrilla, asegurando que las partes están cerca de llegar al punto de no retorno.

Noticia alentadora en medio de los innumerables tropiezos que ha tenido la estrategia pacificadora del gobierno, cuyo comisionado de paz, Danilo Rueda, tiene abiertos contactos con otras siete organizaciones armadas por fuera de la ley, entre ellas las disidencias de las FARC que no se acogieron a los acuerdos de 2016 y con las cuales se abrirán negociaciones formales el próximo 8 de octubre.

Acusado por sus opositores de evitar los consensos y de desconocer otras opiniones en torno a su paquete de reformas sociales, Petro volvió a refereirse a lo que ha denominado acuerdo nacional e interpeló a las oligarquías: les hemos propuesto un acuerdo, les hemos dicho que hablemos, no para que el presidente se arrodille, sino para que las élites escuchen al pueblo, que no lo vean sólo como un objeto útil en época de elecciones.

Explicó que el acuerdo nacional debe girar alrededor de tres pilares: la verdad, la educación y la tierra.

Que se sepa lo que pasó

El jefe de Estado destacó la importancia que desempeñó la Comisión de la Verdad surgida de los acuerdos de paz de 2016, así como el papel que cumplen las instancias de justicia transicional derivadas del mismo pacto, subrayando que toda la verdad que está oculta debe aflorar para que los colombianos sepan qué pasó en su país.

Alusión de crucial importancia justo cuando están apareciendo escalofriantes evidencias de las acciones de las fuerzas militares contra la población civil durante al menos tres décadas, durante las cuales empresas nacionales y extranjeras financiaron las operaciones de grupos paramilitares con el pretexto de detener la amenaza insurgente.

Al respecto, Petro invitó a que el diálogo sobre lo sucedido involucre a toda la sociedad. “La paz –dijo– no es sólo para hablar con los señores de los fusiles”.

En cuanto a la educación, también interpeló al establecimiento, argumentando que es indispensable conseguir nuevos recursos financieros para lograr altos niveles de educación en toda la sociedad, a su modo de ver único camino para reducir la desigualdad social.

También invitó a las élites a trabajar un acuerdo para repartir tierra a millones de campesinos a través de una reforma agraria que transforme la actual estructura de tenencia, en la que 80 por ciento de las tierras fértiles del país está concentrado en 3 mil personas.

A lo largo del día, voceros de los partidos de oposición criticaron las movilizaciones, acusando al gobierno de gastar recursos públicos en ellas, así como de invitar a la población a las calles justo a un mes de las elecciones regionales del 28 de octubre.

Senadores del Centro Democrático, partido liderado por el ex presidente Álvaro Uribe, acusaron que el gobierno convocó las marchas para ayudar a los candidatos de la izquierda, especialmente en Bogotá, donde hay una reñida disputa por la alcaldía.

El ex candidato presidencial Enrique Gómez calificó las marchas de cortina de humo del gobierno y soltó una frase que resumió muy bien lo que piensan muchos distinguidos señores de las élites tradicionales: ya los indígenas se están emborrachando con la chicha que traen.

 

Fuente: La Jornada

Foto: La Jornada

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